El claro ejemplo de cómo el pancracio nos identifica



A los mexicanos nos gusta la Lucha Libre y él lo sabe, El Camaleón de la lucha  




Ecatepec, Estado de México
Libe Sahe 

¡Pelearan a dos de tres caídas sin limite de tiempo!… Ese es el grito característico de la lucha libre mexicana, esa que no sólo es golpes sobre un ring, es máscaras, gritos, música estruendosa, brillos y colores. 

La lucha libre que nos permite sacar el estrés con gritos cuando nos volvemos parte de un ‘bando’ a la ahora de la pelea, esa conquistó a nuestro personaje, él tenía 5 años de edad cuando por un personaje llamado “El Super Muñeco”, decidió que sería un luchador en la Lucha Libre Mexicana.

Él es el Camaleón, cuando vio por primera vez un ring fue porque  su papá era herrero y había sido contratado para darle mantenimiento al cuadrilátero, así conoció y se enamoró de la lucha libre, en ese momento decidió que ese sería su destino.

Actualmente tiene 40 años de edad, conocido como  “El Camaleón” pertenece al Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), pero no sólo es luchador, realmente toda su vida está dedicada a este deporte de espectáculo; es luchador, construye los rings y además confecciona máscaras, la lucha libre es su fuente de ingreso y su pasión total.

Todo lo que tienes por un sueño

Cuando “El Camaleón” decidió que quería ser luchador tenía aproximadamente 16 años de edad, originario de Ecatepec en el Estado de México sabía que era  difícil lograr acudir a clases para aprender a ser luchador.

“Para que tu pudieras ir en busca de un entrenamiento de lucha libre normalmente eran en el DF, entonces el traslado era muy difícil y la verdad éramos de una clase media, apenas se solventaba lo que la casa pedía, era muy difícil que mis padres me dieran el gusto de pagarme un entrenamiento y para el traslado”, cuenta El Camaleón.

Para su buena suerte el señor “Roberto Paz” instaló un ring de lucha con el cual hacía funciones los miércoles y domingos cerca de su casa, entonces El Camaleón vio la oportunidad de aprender, se acercó con don Roberto y le comentó su inquietud por aprender a luchar, sin embargo las clases costaban 15 pesos, que en ese tiempo para él era prácticamente imposible de pagar.

Lograrlo con sus recursos


“Eso fue hace 28 años, entonces eran 15 pesos ¡Eran muchísimo!!, yo no tenía de dónde pagarlos, para ese entonces mis hermanos tenían un equipo de sonido, entonces yo le dije al señor: “oiga, ¿y si yo le pongo la música a los luchadores y los anunció?  ¿Y le ayudó a repartir los volantes, le ayudó a pegar la publicidad en los postes para que me de la oportunidad de entrenar?”.

Esa propuesta de un joven de 16 años no convenció en ese momento al señor Paz, pero El Camaleón fue insistente y aunque no tenía dinero para pagar el entrenamiento, su propuesta fue buscar la manera de generar la oportunidad, así que días después regresó y volvió a proponerle al señor Paz pagarle con trabajo su entrenamiento.

Junté mi dinero para pagar mi boleto que costaba 30 pesos para la función y le volví a decir ese día: “señor es que de verdad a mi me gusta mucho esto, yo le ayudo a lo que usted me diga, pero déjeme entrenar”, así fue como se dio el primer acercamiento a un entrenamiento.
“Mi pago era; anunciar a los luchadores, ponerles la música, repartir los volantes, y pegar la publicidad que le llamaban de ‘poste’ con el clásico embudo; te llevabas tu escobita, maquillabas el poste, le ponías la publicidad y volvías a pasar la escoba para que quedaran pegados”.

Así, sin un peso en la bolsa, con 16 años de edad y con muchas ganas, El Camaleón comenzó su carrera como luchador, pasaron dos años de entrenamiento para que por fin lo dejaran subir al ring.

“Hoy en día es una pregunta que fácilmente alguien te la responde te dicen ‘a los 5 meses yo me subí a luchar’, en ese entonces estamos hablando de la vieja escuela cuando eran palizas para que pudieras debutar, me aventé dos años entrenando en el piso y en una colchoneta antes de subirme a un ring a echarme mi primer maroma”.

Tuvo que aprender en dos años lucha olímpica y grecorromana, justo cuando empezaba su tercer año de entrenamiento conoció al luchador El Rey Halcón, con quien empezó a entrenar ya lucha profesional (que es la combinación de varias disciplinas), así El Camaleón logró hacer su debut como “Baby Camaleón” el 16 de septiembre de 1998.

A los tres meses de debutar este personaje ya peleaba contra los populares luchadores de la AAA, o del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) como Místico, Carístico, Dragón Rojo. Pero el amor por la lucha no se quedó ahí, siete años después de su debut y ya siendo parte del CMLL, El Camaleón comenzó a fabricar cuadriláteros.

“Yo no sabía soldar, sólo veía cómo le hacia mi papá, nomás los puros cacahuates (tubos de metal), con esos cacahuates hice mi primer ring y lo hice de ‘chile, de mole y dulce’, porque compraba un tubo y esperaba que tuviera dinero para otro tubo, medidas de tubo diferente, pero se hizo el ring y ahí empezamos a entrenar muchísimos”.

Si bien el nombre de “El Camaleón”, lo escogió para poder darle variedad a su vestimenta de luchador, resultó ser una parte de su propia personalidad, pues igual era luchador que herrero y después se convertiría en un ‘mascarero’.

Un accidente, una oportunidad más para la lucha


A sus 35 años de edad y cuando ya había experimentado qué era luchar en la Arena México, El Camaleón tuvo un accidente en su motocicleta que lo dejó incapacitado por varios meses, sin embargo lejos de alejarse de la lucha encontró otra manera de brindarle su tiempo a esta profesión y sí también de ganar dinero.

El mundo de las máscaras 

  
“Me gustó muchísimo esto (la lucha libre), la amo, porque me costó muchísimo trabajo llegar a pisar la Arena Mexico que no cualquiera la pisa, lo de la confección de máscaras también me llamó mucho la atención…Mis máscaras me las hacía el Chombo un gran mascarero, me las hacía también el señor “Panama Phanters” y ocasionalmente el señor Juan Carlos Caleri, él ya murió”.

Calerí y su influencia en las máscaras 


Juan Carlos Caleri era reconocido a nivel mundial, él le cosía a varios de los talentos de la lucha libre de la CDMX, Japón y Estados Unidos, su calidad en las mascaras era muy buena le hacía a Octagon, Último Guerrero, Carístico, Místico, Daga, Taurus, y luchadores internacionales como al Tigre enmascarado de Japón, a quien le entregaba más de mil mascaras por pedido.

Hace cinco años cuando El Camaleón tenía 35 años de edad tuvo este accidente en su motocicleta y decidió acercarse al equipo de Calerí (quien ya había fallecido) para que le enseñaran a confeccionar las máscaras.

“Cuando murió el señor me acerqué a los que quedaban en el taller y les dije cuando me lesioné que si me dejaban trabajar con ellos en lo que les pudiera ayudar y me dijeron que sí, caí en blandito, así como cuando entrené lucha libre. Me dieron la oportunidad de confeccionar las máscaras con ellos, el nivel que ellos tenían era de máscaras internacionales y obviamente me apasionaba esto de la confección”.

Si bien antes de acercarse con el equipo de Caleri, El Camaleón comenzó por hacer mallas para los atuendos de sus compañeros e intentó hacer las máscaras, pero se desesperó porque no era nada fácil, por ello se acercó directamente con el equipo del fallecido mascarero.

“Así empecé, me decían: “haz esto, córtale aquí, ¡hasta las tijeras tienen mucho que ver!, tiene mucho que ver cómo lo haces, para que un corte quede bien, me aventé un año  y medio allí, y la primer máscara que hice fue la mía, ¿porqué la mía y no la de El Santo que es fácil?, yo dije si me quedó en la fácil no voy a pasar de allí y mi máscara lleva muchos moldes y ya cuando hacia las mías les empecé a decir a mis compañeros ‘¿Quién quiere mascaras?’, se las empecé a dar baratas para que después les cobrara lo justo  y así me empecé abrir el paso a las máscaras”.

El Camaleón ha logrado vivir plenamente de la lucha libre, desde subirse al ring, fabricar él mismo los rings, hacer máscaras y atuendos completos para sus compañeros, ha hecho máscaras para: Fuego, Pólvora, Máscara Sagrada Jr, y Rush que ahora es un ídolo internacional.


La inspiración - la anécdota 

Después de 18 años de dedicarse a la lucha libre El Camaleón conoció al luchador “Super Muñeco”, el personaje que lo inspiró a dedicarse a esta profesión. Camino a una función donde ambos pelearían, él se presentó con su ídolo y le contó cómo a partir de su admiración por él forjó su camino hacía el ring y toda la magia del arte del pancracio.

“Llegamos a la Arena y yo suelo luchar de los dos bandos (rudos o técnicos), y estaba cada quien en su lugar, estoy listo y me dan la lista de las luchas y me tocó luchar en contra de él ¡Imagínate la emoción en el autobús de que lo admiro y después tener que enfrentarlo arriba del ring, no quería ni tocarlo!  Pero ya estando arriba me entró lo profesional y le dije ahora sí discúlpeme y me dijo: hijo andas muy bien, échale ganas”, recuerda El Camaleón.


Actualmente busca volver a la Arena México, lugar icónico de la Lucha Libre en México, porque en su ser espera volver a sentir la emoción del anuncio de la lucha desde la Arena, ver en las butacas a la gente gritando mientras algunos niños portan las máscaras de su luchador preferido, y los adultos gritan entre una extraña porra que apoya a rudos o técnicos.

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