Rebanadas de felicidad

Rebanadas de felicidad 


Cómo te das cuenta que estar chido no era chido


Ciudad de México 
Acceso Libre 
Libe Sahe 

Era 1998 Oliverio tenía 23 años de edad: “yo estaba en la universidad (estudiaba arquitectura) tenia un problema de adicción, drogadicción y alcoholismo muy fuerte”, comparte, y así  inesperadamente recibió la noticia de que su padre había muerto. 

Hoy es socio de una de las pastelerías con más éxito en el sur de México, pero tuvo que vivir la inesperada muerte de su padre, superar las adicciones y descubrir de qué se trata ser feliz para lograrlo, su nombre Oliverio González Rosario.

“Sucede lo de mi padre y evidentemente es un impacto existencial, de preguntas sobre todo a Dios de porqué me había pasado a mi”.

Ante la muerte trágica de quien era la cabeza de la familia, Oliverio, su hermana y su mamá enfrentaron un proceso de reencontrar su camino. Esta pérdida fue el empuje a crear la pastelería ‘Chocolate de Eva’, pero para Oliverio representó el replantearse su vida y conocer ¿Qué era la felicidad? 

“La muerte de mi padre va de la mano con la historia de la pastelería y yo puedo decir que la muerte de mi padre me hizo mejor persona, no tengo ni un resentimiento ni mucho menos, tengo mi familia, esta aventura de la pastelería que es muy buena, digamos que empecé a ser serio con mi deseo de plenitud, de felicidad”.

La oferta de felicidad 


Oliverio considera y explica que hoy en día hay mucha oferta para cumplir ‘la felicidad’, manifiesta que todos tenemos un deseo de plenitud, de felicidad y lo expresamos desde que despertamos; a través de la ropa que usamos, la música que oímos, hasta la pareja que tenemos. 

“Todo eso que tenemos es como un deseo de ser plenos, de ser felices, yo creo que la droga también en mi caso fue eso”.

Cuando tenía 23 años creía hallar en las drogas la felicidad, observa que hoy mucha gente considera encontrar la felicidad en estilos de vida, a través de cosas materiales o superficiales que no necesariamente los hacen felices.


“Mucha gente que no necesariamente se droga, pero piensa que el poder la hace feliz, piensa que tener cierto físico le da plenitud… uno busca eso que lo cumpla, mientras uno no encuentre una cosa verdadera, uno lo busca a tientas, cómo sea, en lo que sea”.

Por eso considera que la muerte de su papá es una historia de conversión en su vida.

Reencontrarse 


Después de esta pérdida en 1998, la mamá de Oliverio comienza a asistir a una comunidad católica, en este proceso la señora Eva le presenta algunos integrantes de la comunidad a Oliverio, quién comienza a cuestionarse respecto a lo que él creía era la felicidad.

Considera que dentro de la historia de la creación de la pastelería lo que más agradece es cómo la vida le puso en el camino un grupo de amigos, de una comunidad religiosa, que lo ayudó a percibir de otra manera el mundo y a conocer una felicidad auténtica, no la que él buscaba a través de las drogas.

“En esta compañía de amigos empecé a ver una mirada hacía mi familia, hacía mi madre. Me empezaba a despertar ciertas inquietudes y ya no me atraía tanto el drogarme o alcoholizarme”.

“Empecé a ver cosas muy excepcionales y de humanidad, que no eran muy normales, una solidaridad, un afecto gratuito a nuestra familia que yo no había experimentado y eso fue lo que me llevó con el tiempo (8 años después de la muerte de su papá) a formar parte de la empresa Chocolate”.

Despertar la consciencia 


“Este crecimiento de consciencia, de entender que la vida era seria, que tenía un valor, (porque yo veía a mi madre sufrir, cómo trabajaba). Empecé a ser más serio con esta inquietud de ser feliz y me daba cuenta que con estos amigos era muy contento, yo empezaba a experim
entar una felicidad que no me la daba el alcohol ni la droga”.

“Ya no me llamaba (la droga) realmente, fue que encontré una cosa más bonita, verdadera, lo que me hizo fue un proceso (no es automático) a juzgar y reconocer que no me correspondía fumar”.

“Hoy en día ves unos zapatos bonitos a la moda y no te quedan bien, pero como es la moda andas con el dolor. Y lo humano, lo verdadero es que si no te quedan ¡No te quedan!, lo más importante es que tu estés pleno, libre”.


Oliverio actualmente tiene 43 años, es padre de familia, activista social, arquitecto y empresario, pero sobre todo feliz sin ayuda de algo superficial o destructivo, su análisis de cómo algo trágico y duro puede sacar lo mejor de ti y hacerte mejor es algo que le gusta compartir con quienes lo rodean.

Comentarios

  1. Tengo duda si Rosalva y Rosalba son la misma persona en la historia?

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